Infancia Temprana



En este articulo encontrarás la siguiente información



Introducción

La primera infancia es de fundamental importancia para todo el desarrollo psíquico. Constituye al mismo tiempo la base de toda actividad psíquica constructiva. Los conocimientos adquiridos posteriormente están, si no preformados en ella, ampliamente condicionados por las operaciones psíquicas de la primera fase de la vida.



La investigación neurobiológica ha probado que existen periodos críticos en el desarrollo infantil temprano (que se da de los 3 a los 6 años), los cuales definen ventanas de oportunidad para el desarrollo del cerebral, por lo que eventos negativos durante este periodo pueden limitar las posibilidades para realizar una función con efectos a corto y largo plazo lo que impactará en la salud a lo largo de la vida. Así la carencia afectiva, nutricional y de salud serán más difíciles de revertir y a un mayor costo en etapas posteriores.

Video complementario: Infancia temprana y sus cambios

Desarrollo físico del infante

Se entiende por crecimiento un aumento progresivo de la masa corporal, tanto por el incremento del número de células como por su tamaño. El crecimiento conlleva un aumento del peso y de las dimensiones de todo el organismo y de las partes que lo conforman; se expresa en kilogramos y se mide en centímetros.


Entre los dos y los seis años, el cuerpo del niño va perdiendo el aspecto infantil a medida que cambian su tamaño, sus proporciones y su forma. Al mismo tiempo, el rápido desarrollo del cerebro da origen a habilidades mas complejas y refinadas del aprendizaje, así como al perfeccionamiento de las habilidades motoras gruesas y finas.



El niño crece ahora más rápidamente que en los tres primeros años y progresa mucho en coordinación y desarrollo muscular. Durante este periodo, conocido como primera infancia, los niños son más fuertes y saludables, después de pasar por la etapa más peligrosa de la infancia.










Desarrollo emocional


El desarrollo emocional en la niñez temprana es un proceso complejo que implica una variedad de factores y puede tener un impacto duradero en la vida de un individuo. Según Denham y Kochanoff (2002), el desarrollo emocional en la niñez temprana se puede dividir en tres etapas: la etapa de la regulación emocional, la etapa de la conciencia emocional y la etapa de la comprensión emocional.

Durante la etapa de la regulación emocional (de 0 a 2 años), los niños aprenden a regular sus emociones básicas, como la alegría, la tristeza y la ira. La calidad de las relaciones de cuidado y apego con los padres y cuidadores puede influir en la capacidad del niño para regular sus emociones de manera efectiva (Eisenberg, Spinrad, & Eggum, 2010).


En la etapa de la conciencia emocional (de 2 a 4 años), los niños comienzan a comprender que sus propias emociones y las de los demás tienen una causa y un efecto. Los niños también comienzan a comprender que las emociones pueden ser expresadas a través de diferentes formas, como el lenguaje corporal y la expresión facial (Eisenberg, Cumberland, & Spinrad, 1998).


En la etapa de la comprensión emocional (de 4 a 6 años), los niños comienzan a comprender las complejidades de las emociones, incluyendo las emociones mixtas y las emociones más sutiles, como la empatía y la vergüenza (Denham & Kochanoff, 2002).


Además de la calidad de las relaciones de cuidado y apego, hay otros factores que pueden influir en el desarrollo emocional en la niñez temprana. La genética, el temperamento, el entorno socioeconómico y cultural, y las experiencias traumáticas o estresantes también pueden desempeñar un papel importante en el desarrollo emocional (Eisenberg, Spinrad, & Eggum, 2010).

La importancia del desarrollo emocional en los infantes(ver video)


El vínculo de apego Estas interacciones que comienzan muy pronto, ya que el niño y la niña en el momento de su nacimiento son seres totalmente dependientes. El primer vínculo afectivo que podemos destacar es el apego. Se puede definir como el lazo emocional que desarrolla el niño o la niña con sus progenitores y que le proporciona la seguridad emocional indispensable para el desarrollo de sus habilidades, tanto psicológicas, como sociales. John Bowlby, psicólogo evolutivo quién formulo la Teoría del apego comenzó a trabajar en instituciones para niños inadaptados, observando que los niños carentes de afecto por parte de familia se traducía en conductas negativas. El apego es el que proporciona la seguridad emocional del niño en un primer momento: ser aceptado incondicionalmente, protegido. Si el bebé percibe que sus padres están disponibles para satisfacer sus necesidades y proporcionarle cariño en todo momento, se sentirá seguro. Uno de los logros más relevantes es la capacidad de diferenciarse de la madre y los demás reconociendo los límites de su cuerpo. Esto constituirá la columna vertebral de su esquema corporal y futura identidad, que incorpora el autoconcepto, es decir la imagen que posee de sí mismo elaborada por sus experiencias propias y las referencias que le aportan los demás, y la autoestima, que es la valoración de sus propias capacidades y actuaciones.(Apego y pérdida: redescubriendo a John Bowlby)


Objeto transicional


Son objetos “que no forman parte del cuerpo del niño, aunque todavía no se los reconozca del todo como pertenecientes a la realidad exterior”. Así como con otros conceptos psicoanalíticos, el objeto transicional se ha popularizado con la idea de un objeto que el bebé lleva a todos lados, siendo prácticamente una parte inseparable de él, una parte de su cuerpo. Este objeto puede ser un cubrecama, una servilleta, una toalla o una sábana que el bebé chupe y apriete contra sí mismo, siendo imprescindible para que el chico se duerma


El objeto transicional representa el viaje del niño desde la subjetividad pura a la objetividad, desde la indiferenciación con la madre a la aceptación de ésta como objeto exterior, con el cual puede establecer una relación objetal. Hay que reconocer que este viaje en realidad no termina nunca. "La tarea de aceptación de la realidad nunca queda terminada", dice Winnicott, diferenciándose de todos los autores anteriores, pues "ningún ser humano se encuentra libre de la tensión de vincular, la realidad interna con la externa. El alivio de dicha tensión lo proporciona una zona intermedia de experiencia que no es objeto de ataques (las artes, la religión, etc.)", es decir, que debe aceptarse paradójicamente como no siendo completamente exterior ni tampoco interior. En este sentido, la relación objetal misma es un fenómeno transicional, un espacio intersubjetivo en el cual los dos sujetos que se vinculan juegan.


Para que se produzca la continuidad de esta experiencia transicional, el objeto "seleccionado" debe cumplir una serie de características que Winnicott resume como sigue:
• El bebé adquiere derechos sobre el objeto, y el mundo exterior los acepta. Sin embargo, esta adquisición representa al mismo tiempo una cierta renuncia a la omnipotencia simbiótica;
- El objeto es amado y acunado, pero también mutilado con excitación;
- Se le atribuye cierta vitalidad, como si tuviera vida propia;
- Nunca debe cambiar (por ejemplo, ser lavado) a menos que el bebé lo haga.




Fenómeno transicional

Sobre la base de la satisfacción oral que le produce al bebé chuparse el dedo, se dan una serie de actividades que se independizan de esta primera satisfacción inicial. “En el caso de algunos bebés, el pulgar se introduce en la boca mientras los demás dedos acarician el rostro mediante movimientos (...) del antebrazo. La boca, entonces, se muestra activa en relación con el pulgar, pero no respecto de los dedos. Los dedos que acarician el labio superior o alguna otra parte pueden o no llegar a ser más importantes que el pulgar introducido en la boca. Más aún, Se puede encontrar esta actividad acariciadora por sí sola, sin la unión más directa de pulgar y boca”. Todo lo que esté al alcance de la mano del bebé (servilletas, pañuelos, etc.), servirá para que lleve adelante esta actividad acariciadora.




Desarrollo cognitivo

La teoría del desarrollo cognitivo de Piaget es una teoría completa sobre la naturaleza y el desarrollo de la inteligencia humana. Fue desarrollada por primera vez por un psicólogo del desarrollo suizo Jean Piaget (1896- 1980).

Para Piaget, el desarrollo cognitivo era una reorganización progresiva de los procesos mentales que resultan de la maduración biológica y la experiencia ambiental. En consecuencia, considera que los niños construyen una comprensión del mundo que les rodea, luego experimentan discrepancias entre lo que ya saben y lo que descubren en su entorno. Por otra parte, Piaget afirma que el desarrollo cognitivo está en el centro del organismo humano, y el lenguaje es contingente en el conocimiento y la comprensión adquirida a través del desarrollo cognitivo. (ver video)


Asimilación y acomodación


La asimilación es cómo los seres humanos perciben y se adaptan a la nueva información. Es el proceso de adecuar nueva información en los esquemas cognitivos preexistentes. La asimilación en la que se reinterpretan nuevas experiencias para adecuar o asimilar con, la antigua idea. Se produce cuando los seres humanos se enfrentan a la información nueva o desconocida y hacen referencia a la información previamente aprendida con el fin de hacer sentido de ella.

La acomodación es el proceso de que el individuo tome nueva información del entorno y altere los esquemas preexistentes con el fin de adecuar la nueva información. Esto ocurre cuando el esquema (conocimiento) existente no funciona y necesita ser cambiado para hacer frente a un nuevo objeto o situación. La acomodación es imperativa, ya que es la forma en la gente seguirá interpretar nuevos conceptos, esquemas, marcos, y más. Piaget creía que el cerebro humano ha sido programado a través de la evolución para brindar equilibrio, que es lo que él cree que en última instancia, influye en las estructuras de los procesos internos y externos a través de la asimilación y la acomodación.


La Etapa Pre-operacional
La segunda etapa de Piaget, la etapa de las preoperaciones, se inicia cuando el niño comienza su aprendizaje del habla, a los 2 años y dura hasta la edad de 7 años.
El estadio pre-operativo es escaso y lógicamente inadecuado en lo que respecta a las operaciones mentales. El niño es capaz de formar conceptos estables, así como las creencias mágicas. Sin embargo, el niño no es capaz de realizar operaciones, que son tareas que el niño puede hacer mentalmente y no físicamente. El pensamiento en esta etapa sigue siendo egocéntrico, lo que significa que el niño tiene dificultades para tomar el punto de vista de los demás.

La etapa de las pre-operaciones se divide en dos sub-etapas:

  • La etapa de las funciones simbólicas: es cuando los niños son capaces de entender, representar, recordar objetos e imágenes en su mente sin tener el objeto en frente de ellos. Alrededor de 2-4 años de edad, los niños aún no pueden manipular y transformar la información de una manera lógica, pero, sin embargo, sí pueden pensar en imágenes y símbolos. Otros ejemplos de las capacidades mentales son el lenguaje y el juego de aparentar. El juego simbólico es cuando los niños desarrollan amigos imaginarios o juego de roles con amigos reales. Los juegos de los niños llegan a ser más sociales asignando roles entre sí.
  • La sub-etapa del pensamiento intuitivo: Tiene lugar entre alrededor de las edades de 4 y 7. Los niños tienden a ser muy curiosos y hacer muchas preguntas, empezando a usar el razonamiento primitivo. Hay una emergencia en el interés de razonar y de querer saber por qué las cosas son como son. Piaget llamó a esto la subetapa intuitiva porque los niños se dan cuenta que tienen una gran cantidad de conocimientos, pero no son conscientes de la forma en que la adquirieron. La concentración, la conservación, la irreversibilidad, la inclusión de clases y la inferencia transitiva son todas características del pensamiento preoperatorio.


Desarrollo del lenguaje


Teoría de Chomsky

Entre las distintas teorías científicas que explican el funcionamiento del lenguaje humano se encuentra la gramática generativa de Noam Chomsky, también conocida en la actualidad como biolingüística. Esta teoría postula la existencia de una estructura mental innata que permite la producción y comprensión de cualquier enunciado en cualquier idioma natural, posibilitando además que el proceso de adquisición y dominio del lenguaje hablado requiera muy poco input lingüístico para su correcto funcionamiento y se desarrolle de manera prácticamente automática.

Para Chomsky la razón de la existencia del lenguaje en los humanos no es permitir la comunicación sino permitir la creación y expresión del pensamiento (Salvat Editores, 1975). La expresión del pensamiento, puntualiza el lingüista, es una necesidad humana a la cual responde la aparición del lenguaje, si aparte de eso podemos comunicar a alguien nuestros pensamientos mediante la lengua, tanto mejor. Al respecto, estima el filósofo de la mente John Searle que el propósito del lenguaje es la comunicación, así como el propósito del corazón es bombear sangre.

Este proceso de adquisición de la lengua materna sucede de forma inconsciente e incontrolable ya que, a juicio de Chomsky (1970), es razonable suponer que “el niño no puede menos de construir un tipo particular de gramática transformacional para dar cuenta de los datos con que cuenta, como no puede menos de controlar su percepción de objetos sólidos o su atención a línea y ángulo”
Este proceso de adquisición de la lengua materna sucede de forma inconsciente e incontrolable ya que, a juicio de Chomsky (1970), es razonable suponer que “el niño no puede menos de construir un tipo particular de gramática transformacional para dar cuenta de los datos con que cuenta, como no puede menos de controlar su percepción de objetos sólidos o su atención a línea y ángulo”






Desarrollo de la personalidad


(Mckechnie, 1983) Define la personalidad como patrones y características habituales de la conducta de un individuo que se expresan en actividades y actitudes físicas y mentales; características individuales distintivas de una persona, considerada de manera colectiva"



Teoría del desarrollo psicosexual
Es el Psicoanálisis, con Freud como indicador, el que ha planteado que la sexualidad aparece desde el nacimiento y que durante las sucesivas etapas de la infancia que diferentes zonas corporales proporcionan gratificaciones especiales al individuo, pues están dotadas de una energía que busca placer, el libido.
Al hablar de sexualidad infantil se pretende reconocer la existencia, en esta etapa de la vida, de excitaciones o necesidades genitales precoces, así como también la intervención de otras zonas corporales (zonas erógenas) que buscan el placer (por ejemplo la succión del pulgar) independientemente del ejercicio de una función biológica (la nutrición). Es por esto que el psicoanálisis habla de sexualidad oral, anal, fálica, genital.


Fase anal

 
La fase anal es la segunda fase de la evolución de la libido y puede situarse de los 2 a los 4 años de edad.

En esta fase la libido se organiza al alrededor de la zona erógena anal, el objeto de satisfacción está ligado con la función de defecación (expulsión – retención) y al valor simbólicos de las heces.

Para el niño(a) eliminar orines o heces es algo normal, natural y placentero, lo considera incluso como una especie de "regalo" que dan al adulto, esto porque para él (ella) es como desprenderse de parte de su cuerpo y entregarlo a mamá y a papá. Para el niño(a), las heces representan su creación y le agrada su olor, textura y color.

El niño(a) debe aprender a cooperar con una persona más poderosa lo que provoca experiencia nuevas de satisfacción y ansiedad. La satisfacción viene de cumplir los deseo de sus padres, avisar y controlar. La ansiedad proviene de la vergüenza y la desaprobación de los demás.

La función auto conservadora del erotismo anal está dada por el proceso de evacuación de los intestinos y la vejiga y por el placer que provoca el haberlo hecho bien. Este sentimiento de bienestar compensa, al inicio de esta fase, los frecuentes malestar y tensiones padecidos por el niño(a), mientras sus intestinos aprenden a realizar su función diaria.

Esta fase se inicia, porque en el niño(a) aparecen excrementos mejor formados, el sistema muscular, se ha desarrollado y el medio social le demanda control de sus evacuaciones, introduciéndose así la dimensión de que él o ella pueden descargar voluntariamente y que tienen la capacidad de alternar a voluntad los actos de retener y expulsar.

El niño(a) obedece en esta fase a impulso contradictorios que van a caracterizar su forma de comportarse y de relacionarse con los demás. Estos son la retención y la eliminación. Su aparición va a alternarse. El desarrollo del sistema muscular le da mayor poder al niño(a) sobre el medio ambiente que le rodea, pues adquiere la capacidad para alcanzar y asir, para arrojar y empujar, para apropiarse de cosas y para mantenerlas a cierta distancia. Esta etapa se caracteriza por la lucha del niño(a) por su autonomía, empieza a ver el mundo como yo – tú, mí, mío. Es un niño(a) fácil de convencer si él (ella) ha decidido hacer lo que se espera de él (ella), pero es difícil de encontrar la forma de que desee precisamente eso. El niño(a) al mismo tiempo quiere acercarse y soltarse, acumular y descartar, aferrarse y arrojar. Por lo tanto, las relaciones sociales están marcadas por la antítesis soltar – aferrarse.

Estas dos primeras fases de la sexualidad infantil se centran en el autoerotismo, en las fases siguientes aparece ya un objeto sexual externo al individuo. Para Freud el acceso al objeto libidinal se da en forma sucesiva que va desde el autoerotismo, el narcisismo, la elección homosexual y la elección heterosexual.


Fase fálica

 
Es la "fase de organización infantil de la libido que sigue a las fases oral y anal y se caracteriza por una unificación de las pulsiones parciales bajo la primacía de los órganos genitales, pero a diferencia de la organización genital puberal, el niño o la niña no reconocen en esta fase más que un solo órgano genitales, el masculino, y la oposición de los sexos equivale a la oposición fálico – castrado..." 

En esta fase es vivido el Complejo de Edipo, más o menos entre los 3 y 5 años de edad, su declinación señala el inicio del período la latencia. Este Complejo desempeña un papel fundamental en la estructuración de la personalidad y en la orientación del deseo sexual.

El Complejo de Edipo es el "conjunto organizado de deseos amorosos y hostiles que el niño experimenta respecto a sus padres. En su forma llamada positiva, el complejo se presenta como en la histórica de Edipo Rey: deseo de muerte del rival que es el personaje del mismo sexo opuesto. En su forma negativa, se presenta a la inversa: amor hacia el progenitor del sexo y odio y celos hacia el progenitor del sexo opuesto. De hecho estas dos formas se encuentran, en diferentes grados, en la forma llamada completa del complejo de Edipo". 

El niño se enamora de su madre y abriga deseos de muerte hacia el padre a quien ve como rival y teme ser castigado con la castración por querer que éste desaparezca. La niña se enamora del padre y quiere que la madre se valla y se considera castigada por no poseer pene. Ambos desean excluir a todos los demás de la relación que tienen con el padre que es objeto de su amor.

Estos deseos de muerte o desaparición del padre del sexo opuesto provocan un profundo sentimiento de culpa. Culpa por haber cometido un crimen que no ocurrió y que biológicamente es imposible de realizar. Esta culpa inconsciente y la prohibición del incesto hacen que el individuo desplace su iniciativa y curiosidad hacia ideales deseables y metas prácticas e inmediatas, hacia la realización de cosas. Así se olvida el Complejo de Edipo y el niño(a) entra en la latencia.

El individuo experimenta una reviviscencia del Complejo de Edipo durante la pubertad y es superado, con mayor o menor éxito con la elección de un objeto sexual.



 Freud considera que en esta fase hay una organización muy parecida a la del adulto, por lo que la ubica como genital. El niño(a) elige un objeto sexual externo y dirige hacia este objeto sus tendencias sexuales. Lo que la diferencia de la organización sexual madura es que sólo reconoce como órgano genital el masculino.

A esta edad los niños(as) inician una actividad masturbaría. Pasan mucho rato tocando sus genitales, no solo por el placer que les proporciona, sino porque lo han descubierto y quieren explorarlo y conocerlo.

Otra de las características importantes de esta etapa es el descubrimiento de que existen diferencias sexuales entre las personas y que el niño(a) pertenece a un sexo determinado. Este descubrimiento pudo haberse gestado en la relación que el niño(a) tenía con sus padres y se profundiza ahora que se relaciona más con niños(as) de diferentes sexos y de su misma edad.

A esta edad, la sexualidad infantil hace referencia a cómo descubren su pertenencia a determinado sexo, cómo adquieren características, conductas y comportamientos que son distintivos de su sexo y de cómo reaccionan ante las sensaciones de placer que brotan de su cuerpo.
 

Teoría del desarrollo de la personalidad


Según Wallon, el desarrollo de la personalidad a través de una serie de etapas: en un primer lugar, en la etapa o periodo sensoriomotor (comprende de cero a tres años) se producen las siguientes adquisiciones Diferenciación entre el "yo" y el "no-yo". • Adquieren conciencia de las diferencias que hay entre sus acciones y las de los demás, lo que yo hago y lo que hacen los otros. Adquieren conciencia de lo que es suyo y de lo que pertenece a los otros. Y posteriormente se da la etapa del personalismo (de tres a seis años). Se estructura a su vez en tres fases, cuyas características principales son las siguientes: • Fase de oposición: en ella el niño o niña ha descubierto su "yo" y necesita reafirmarlo en la medida en la que se opone a los demás, tensando la convivencia cotidiana. Los progresos lingüísticos le posibilitan la utilización de pronombres personales y que se refiera a sí mismo en primera persona y no en tercera persona como ocurría antes. La actitud de oposición constante y sistemática, cumple su papel (fortalecer el yo) y conduce a un cambio de actitud. • Fase de gracia: se da a los cuatro años, y en ella el niño o niña pretende garantizarse el afecto de los demás, para lo cual seduce a los demás mediante sus gestos, palabras y acciones. Pero las "gracias" del niño o la niña no siempre resultan ser tan graciosas para quienes le rodean o, dicho de otra forma, no garantizan su admiración y afecto incondicionales, por ello, surge la siguiente fase. • Fase de imitación de los modelos adultos. (4-5 años. Empieza a imitar las características de las personas que admira (especialmente de aquellos a quienes se es más semejante: el padre para el niño y la madre para la niña) que garantiza su aprobación y afecto, y, acaba por convertirse en identificación con ellos.




Desarrollo social

El periodo preescolar es una época en que se acelera el ritmo de aprendizaje del niño respecto de su mundo social. En teoría, aprende lo que constituye una conducta buena o mala; a controlar sus sentimientos, sus necesidades y deseos en formas socialmente aceptables; y lo que la familia, la comunidad y la sociedad esperan de él. Comienza a asimilar normas, reglas y costumbres de su cultura. Al mismo tiempo aprende un autoconcepto profundo y, quizá, duradero. En condiciones normales, el autocontrol y la competencia social del niño mejoran muchísimo entre los dos y los seis años de edad.

- A los dos años tiene todas las emociones básicas de un niño de seis años (y de un adulto), pero las expresa de manera diferente. Durante la etapa terrible de los dos años de edad, puede ser en verdad difícil (a menudo sin proponérselo), pero con frecuencia es encantador y muy afectuoso. Sin embargo, predomina la gratificación inmediata; cuando no la consigue, manifiesta su malestar con berrinches terribles. Si una madre le promete a su hijo de dos años un cono de helado, el niño lo querrá ahora, no después que ella termine de charlar con una amiga a quien encuentra por casualidad frente a la tienda. También las expresiones de dependencia son directas y físicas. En un ambiente desconocido, un niño de dos años permanece cerca de su madre o de su padre, quizás aferrándose a ellos. Si se aleja un poco, a menudo regresa usando al progenitor como “base segura”. Si se le obliga a separarse de él, puede arrojarse al piso o dar gritos en protesta. La ira se manifiesta especialmente en formas físicas. El niño de dos años no la expresa de manera verbal, sino mediante patadas y mordiscos. Por el contrario, a los seis años los niños son más verbales y reflexivos; también se enojan menos y se controlan mejor. Enfrentan la ira y la frustración en formas más diversas. Por ejemplo, pueden desahogar su enojo pateando una puerta o un oso de peluche, en lugar de darle un puntapié en la espinilla al hermano, la hermana o el padre. Hay algunos que reprimen el enojo y no lo manifiestan en absoluto. Otros asumen una postura asertiva para defender sus derechos, o en su imaginación se ven a sí mismos superando situaciones desagradables. Los niños de seis años tienden a patear y a gritar menos. En cambio, expresan con palabras su ira o su temor, o lo manifiestan de modo indirecto —por ejemplo, siendo poco cooperativos o malhumorados. En resumen, a los seis años casi todos los niños han perfeccionado ya sus habilidades de afrontamiento, y poseen además un estilo personal que se basa en su incipiente autoimagen.


Estilos de crianza




Características de los hijos según el orden de nacimiento

En 1927, Adler teorizó que el orden de nacimiento afectaba enormemente la personalidad porque los padres trataban a los niños de manera diferente según fueran mayores o menores. También creía que los padres que comparaban a unos hermanos con otros creaban una sensación de inferioridad.

Más recientemente, los trabajos de Sulloway (1996) han situado el papel del orden de nacimiento en el ámbito de la investigación empírica. Según Sulloway, los hijos de una familia utilizan diferentes estrategias para conseguir su propio espacio en el ámbito familiar. Así, los primogénitos, cuya posición está ya establecida, manifiestan creencias, actitudes y características de personalidad que coinciden con las que mantienen sus padres y tienden a ser responsables, competitivos y convencionales. En cambio, los hijos que nacen después tienen que competir con sus hermanos mayores para lograr su propio espacio, por lo que tienden a desarrollar pautas de comportamiento más solícitas, se muestran cooperativos y tienden a diversificar más su experiencia.







Fuentes:


N/A, D. (2015). Teoria del desarrollo cognitivo de Piaget . https://terapia-cognitiva.mx/wp-content/uploads/2015/11/Teoria-Del-Desarrollo-Cognitivo-de-Piaget.pdf

Craig, G. y Baucum, D. (2009). Desarrollo Psicológico. Pearson.

Denham, S. A. (2007). Dealing with feelings: How children negotiate the worlds of emotions and social relationships. Cognition, Brain, Behavior, 11(1), 1-48. Zeman, J., Cassano, M., Perry-Parrish, C., & Stegall, S. (2006). Emotion regulation in children and adolescents. Journal of Developmental & Behavioral Pediatrics, 27(2), 155-168. Campos, J. J., Campos, R. G., & Barrett, K. C. (1989). Emergent themes in the study of emotional development and emotion regulation. Developmental Psychology, 25(3), 394-402. Eisenberg, N., Cumberland, A., & Spinrad, T. L. (1998). Parental socialization of emotion. Psychological Inquiry, 9(4), 241-273.

Katz, D., Piaget, J. y Inhelder, B. (1998). Psicología de las edades. Del nacer al morir. Morata.


Nathalia Diaz. (2028, Febrero 29). Teoria del orden de nacimiento y personalidad. [Video]. Youtube. https://youtu.be/jZQVqZKft8Y














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